miércoles, 13 de enero de 2010

Hippie Nuestro




Hippie nuestro que estás en el suelo
santificado sea tu cobre
venga a nosotros tu alpaca
hagase tu pulsera
tanto en la calle como en la feria
enhebra hoy la mostacilla de cada día
perdona nuestro malgusto así como nosotros perdonamos tus precios
no nos dejes caer en la vulgaridad y llenanos de glamour

olé!

miércoles, 6 de enero de 2010

Ira cucaracheril

Normalmente cuando un bicho me invade intento razonar con él y pedirle que se vaya.
Como con la araña atrevida que se me subió al hombro hace unos días, era culona, gordita y peluda, yo recién salía del baño por lo que estaba en bolas, con una araña de unos 5cm de díametro caminando por las tetas, le pedí amablemente que se retirara (principalmente porque me hacía cosquillas). La araña entendió que estaba invadiendo mi espacio personal y se dirigió solita hasta la ventana. Ya me la he vuelto a cruzar, vive debajo de la maceta de mi floripondio.
Anoche una cucaracha salvaje apareció en el taparrollo de la ventana y cuando prendí la luz me miró y movía la cabeza para todos lados. Le dije "no tenés que estar acá, andate" y la muy puta desplegó sus alas y se subió a mi cama desafiante... le ofrecí una tablita para subirse y yo la sacaba afuera, corrió y voló hasta el placard, intenté otra vez con la tablita, voló hasta mi hombro.
Algunos sabrán que soy alérgica a las cucarachas, y cuando se me suben encima la mayoría de las veces termino con un zarpullido, me la saqué de encima y huyó a esconderse bajo Scooby Doo. El atropello de la cucaracha, primero de mirarme a los ojos, como preguntando qué hacía en su lugar, después subiendose a mi cama impunemente... no sé que esperaba, que la tape y le cante el arrorró. Todo eso fue suficiente como para que decida matarla por atrevida.

No fue fácil, las cucarachas salvajes no son como las que uno acostumbra a ver en sus casas, estas tienen alas y saben como usarlas y son muchísimo más veloces, grandes y rebeldes. Agarré una ojota para matarla, pero voló desde donde estaba otra vez hasta mi cama, después volvió a volar al placard y se metió en el hueco entre el placard y la pared... imposible agarrarla, me senté, me relajé y pensé en como sacarla. Me doy vuelta y estaba mirandome desde la esquina del placard, primer golpe, certero... pero no la mató y volvió a esconderse debajo del Scooby Doo. Cuando la encontré el segundo golpe fue el fatal, agarré su exoesqueleto y lo tiré por la ventana, como advertencia. Supongo que tendría que haberla desmembrado pero me dió mucha fiaca.